venerdì 27 novembre 2009

La vida entre victorias y confusiones

Por Iris Obispo

La decisión del Parlamento italiano de detener la comercialización en el país de la pildora RU-468 o “pildora del día siguiente” como algunos la llaman, ha sido una victoria para la vida y una muestra de verdadero respeto por la dignidad e igualdad de la mujer, pues su identidad de procreadora y de dadora de vida, por lo menos esta vez ha sido respetada.

En un país historicamente y mayoritariamente catolico, caracterizado por hogares matriarcales es increible que un debate fundamental como el de aprobar nuevas formas de aborto, lo cual no puede ser paragonado con otras simples decisiones de tipo organizacional ciudadano, en las que dichas discusiones sólo son restringidas a la tradicional contraposición politico partidista, donde predomina la lógica discursiva del objetar lo dicho por el partido contrario antes que la verdadera busquedada del bien común y el respeto a la conciencia moral.

Los gobiernos han de procurar el desarrollo de los pueblos, pero la base para el completo progreso (CIC n. 2441)de cualquier sociedad humana sólo es posible en la medida en que se hace crecer el sentido y conocimiento de Dios, y no es atentando contra la vida como esto se logra. Un camino que no siga la via de Cristo no podrá alcanzar la multiplicación de bienes materiales y colocarlos en un justo servicio a la persona humana y a su libertad absoluta.

No obstante, es una pena que el mismo día, jueves 26 de noviembre de 2009, en la misma Europa cristiana, en España la Cámara Baja, del Congreso de Diputados rechazara las cuatro enmiendas a la totalidad del proyecto de nueva ley del Aborto propuesta por el gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, cuyo texto establece el aborto libre en las 14 primeras semanas de gestación, entre otros mal llamados adelantos progresistas en favor de las mujeres, por cuanto la norma continuará ahora su tratamiento parlamentario.

En su discurso la ministra de Igualdad de España, Bibiana Aído, asegura que la ley "garantiza la autonomía y libertad de las mujeres”, y “no descuida la protección de la vida prenatal", la pregunta es como puede una mujer ser libre en su conciencia cuando se sabe responsable de atentar contra un inocente, contra alguien que no tiene las mismas posibilidades de defensa?, de qué autonomia se habla cuando el mismo Estado no es capas de respetar las decisiones de las mayorías de sus ciudadanos?.

Como es posible hablar de progreso cuando se atenta contra la principal fuente de progreso de un pueblo que es la vida, el respeto y defensa de ella en sus diferentes etapas. El verdadero progreso es integral y ha de llevar al hombre hacia su plenitud, no a su reducción y destrución parcial o total.

El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), en el número 2461, nos recuerda que “El desarrollo verdadero es el del hombre en su integridad. Se trata de hacer crecer la capacidad de cada persona a fin de responder a su vocación y, por tanto, a la llamada de Dios.

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